Al revés de los nacidos
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Es lo que me dije esbozando una sonrisa, cuando este pasado lunes me dispuse a sacar la fotografía que hoy os muestro.
La jornada laboral había concluido, el lunes fue uno de esos días de la semana con horario de inicio y un final de vaya usted a saber cuando. Bueno, esto me sucede el lunes, el miércoles, el jueves… me imagino que como a muchos de vosotros, hasta aquí normal.
Sin embargo tengo una característica que siempre me ha acompañado y me sitúa en ese grupo que cariñosamente te dice la gente que te quiere: ‘tu eres anormal’, o sea, distinto a lo general o de lo común. Me encanta esta definición, siempre he sentido atracción por aquello que se muestra de diferentes maneras, los estereotipos corrompen la creatividad.
Este lunes pasado fue uno de esos días especiales, tenía por delante un objetivo en el trabajo: presentar la nueva cápsula de Bielo. No lo puedo evitar, esos momentos los vivo con la emoción y la intensidad de la primera vez que abrí la tienda, por ello he de prepararme desde el comienzo del día.
Primero, sesión de footing. Segundo, un desayuno energético (es posible que no vuelva a probar bocado hasta la noche). Tercero, preparo una ducha reparadora con mis jabones de Byredo y las cremas de Grown Alchemist fundamentales para sentirme a gusto durante todo el día. Cuarto, la elección del look, que ha de ser muy cómodo e inspirador, cada vez que me cruce con el espejo me tengo que gustar sí o sí. Quinto, el perfume de diptyque, broche final e imprescindible para dar comienzo a una jornada intensa y apasionante, porque nunca sé que va a suceder hasta que me pongo manos a la obra, selecciono la música y comienza la acción.
Desmonto, quito, pongo, desde este punto lo veo bien, desde este otro no me gusta, estas prendas aquí no me encajan, me enfado conmigo misma, me digo: ‘Elena, ¿por qué eres así?’. Quito una mesa, bajo los módulos del almacén, colócalos en esa pared, muévelo un poco a la izquierda, si no, mejor a la derecha, lo vuelvo a mirar… parece que va cogiendo forma, empiezo a ponerme contenta, llega el subidón. ‘Por aquí vamos bien’ me digo a mi misma y a los que me rodean. Comienzan a aparecer las respiraciones profundas, ellas me indican que vamos por buen camino, lo estamos consiguiendo.
Cada colección con su propio espacio y puesta en escena particular, mis piernas y manos no pueden parar hasta que no llega a mis ojos esa imagen que hace que la satisfacción del trabajo realizado me inunde y una vez más salga la expresión que pone el broche final a todos mis trabajos: ‘Me encanta’. Este lunes pasado, así fue, lo conseguimos. Bielo y las demás colecciones se veían bonitísimas.
Así pues este debería haber sido el momento en el que la jornada podría haber llegado a su fin. Cansada de un largo día de trabajo, satisfecha con los resultados, llega el momento de cerrar la puerta y descansar. Bueno, pues no, una última mirada a la tienda, hace que sienta la curiosidad de ver cómo quedarían en un punto las botas de piel, pertenecientes a la Colección Incubadora que presentamos este invierno.
Voy a por ellas, las saco de la funda, las contemplo y de nuevo aprecio lo fantásticas que son. Al salir del almacén inevitablemente me cruzo con el espejo, botas en mano, la imagen que me devuelve hace que me detenga ante él. No puedo evitarlo, estas botas me encantan, tengo que ponérmelas una vez más, increíble lo que sucede en esos momentos: el cansancio se esfuma y de repente me encuentro protagonizando otra película. Rápidamente voy a por la cámara y comienzo a disparar fotos con ellas puestas, me siento libre y fuerte. Es en ese momento cuando esbozo una sonrisa y le digo a la Elena que veo a través del objetivo: ‘tu siempre al revés de los nacidos, las botas de invierno ahora para el verano’.
Y de esta manera, con ellas puestas, la satisfacción del trabajo realizado y la ilusión de mañana que pasará, despido un día intenso de trabajo, en el cual lo más importante ha sido ser en todo momento fiel a lo que pensaba y sentía.
Fdo.
Elena
PD: Feliz domingo y feliz semana.